Dígame Ingeniero.
Y finalmente la luz al final del tunel llegó, y por suerte no era el tren de frente. El lunes pasado rendí mi último final, lo cual me habilita a iniciar el proceso para que me den el título de Ingeniero Industrial. ¿Que cuernos hace un Ingeniero Industrial? Bueno, muchas cosas, pero si tuviese que sintetizar su campo de acción podría decir que es el ingeniero capacitado para diseñar, gestionar, controlar y mejorar un proceso productivo. Desde que a alguien dice: "Che, tengo una idea genial: Vamos a fabricar agujeros para venderlos en bolsas de 10 Kg.", hasta que esas bolsas de 10 Kg llenas de agujeros salen de la línea de producción. Bueno, en teoría estoy capacitado para eso y mucho más.
Cuando estas cosas pasan en la vida (terminar una carrera universitaria) uno suele ponerse a recordar por todo lo que tuvo que pasar para llegar a este punto. Terminé el colegio industrial en el siglo pasado, más precisamente en el 99. Con mi flamante título de Electrotécnico en la mano, no tenía dudas sobre que carrera seguir, quería ser ingeniero. Pero la ingeniería es una disciplina sumamente extensa. La opción "natural" hubiera sido estudiar Ingeniería Eléctrica, pero ya estaba podrido de la electricidad. No había un día en el cual no escuchara hablar de un ampere, un volt, un watt. Estaba saturado de todo eso.
Había días que me daban ganas de estudiar Ingeniería Civil (Esos fulanos que diseñan puentes colgantes y que uno les tiene un respeto de putísima madre), y había días que me daban ganas de estudiar Ingeniería en Sistemas para estudiar el que era mi hobby: Estar todo el día sentado frente a la computadora. Pero con ambas tenía problemas. Con la Ingeniería Civil tenía el problema de que la Estática me resultaba sumamente aburrida, y si te pasa eso y querés ser ingeniero civil estás al horno. En el caso de Ingeniería en Sistemas, tenía la impresión de que todas las cosas interesantes que iban a enseñarme yo las podría aprender solito, como lo venía haciendo desde que a los 13 años me regalaron mi primera PC (Una 386DX con 4 Mb de RAM y 40 Mb de HD. Un verdadero fierrazo) Fue en ese momento que apareció mi padrino (Ingeniero Mecánico él) y me hinchó los huevos para que estudiase Ingeniería Industrial. Leí el plan de estudios y me terminé de convencer. Hoy muchos años después creo que fue la decisión correcta.
Pero saber qué estudiar es la primera parte. La segunda es saber dónde estudiar.
Tenía pensado (y así lo hice) que cuando terminara la secundaria iba trabajar. No porque no me gustara quedarme en mi casa estudiando con mis viejos solventando todos los gastos, sino porque esa posibilidad no estaba. Mis compañeros de la secundaria que iban a estudiar ingeniería en la UTN, iban a ir al turno mañana, y yo como iba a trabajar, iba a ir la noche. Y acá la cosa se complicó, porque si iba a la noche, no podría volverme de la facultad en auto con ellos. Esto no es trivial, yo vivía en Villa Adelina y la sede Campus de la UTN está en Villa Lugano. Esto significa, con suerte, 2 horas de viaje en 2 colectivos, y la verdad que salir a las 22 hs y llegar pasada la medianoche, no estaba muy copado.
Así que tomé la decisión de anotarme en la UBA, total la sede del CBC la tenía cerca de casa (en Martinez) y luego, cuando cursara en la sede de Paseo Colón, tenía el 130 que me dejaba a una cuadra. Pero algo no calculé bien. Me dí cuenta, una vez cursando el CBC, que estudiar Ingeniería en la UBA y trabajar 9 horas por días eran tareas incompatibles. Las clases empezaban a las 17hs y yo salía del trabajo a las 17hs, así que por más rápido que viajara llegaba tarde siempre. Si uno llega tarde a la clase de Sociedad y Estado, no pasa nada, a lo sumo tendrá que leer más a fondo los textos. Pero si uno llega tarde a una clase de Álgebra o Análisis Matemático, con un pizarrón repleto de ecuaciones, está al horno, no hay posibilidad de entender una goma.
Así estuve 2 años, 2000 y 2001 en el CBC, tratando de aprobar Álgebra mientras llegaba sistemáticamente tarde. En estos 2 años, mis compañeros de la secundaria que habían comenzado en el turno mañana, habían conseguido trabajo y ya estaban cursando en el turno noche. La decisión caía de maduro: "Me voy a la UTN". Y debo decir que fue unas de las mejores decisiones que tomé en mi vida. La UTN de Buenos Aires es una facultad que, con todas sus cosas por mejorar, es varias veces mejor que la UBA. El nivel académico es el mismo, pero uno es una persona dentro de la UTN, no un número. La cursada está diseñada pensando principalmente en los estudiantes que trabajan, es decir: Vas a poder cursar siempre, no te va a pasar como en la UBA que las materias "no te salen" o que si te salen, te dan el horario de cursada a las 3 de la tarde. De esta manera, en el año 2002 comencé casi de cero la facultad (sólo me reconocieron Análisis Matemático 1 por Análisis Matemático del CBC).
Ayer, mirando la libreta universitaria, se me ocurrió hacer un grafiquito que mostrase mi "desempeño académico" respecto a la cantidad de materias cursadas y la cantidad de finales aprobados por año lectivo.

Y al ver el gráfico me dí cuenta de algo que no había hecho consciente: La manera en que la vida personal incide en el desempeño académico. El ímpetu de re-comenzar la carrera en una nueva facultad hizo que los 2 primeros años (2002 y 2003), cursara bastantes materias. Durante 2004, muere mi vieja luego de estar enferma 2 años y medio. Las réplicas de ese terremoto personal se hicieron sentir ese mismo año: Paso de cursar 5 y 4 materias y aprobar 3 y 5 finales (2002 y 2003) a cursar sólo 3 materias y aprobar un sólo final. Durante los años que siguieron al fallecimiento de mi vieja (2004-2009), por diversos motivos la vida no me resultó particularmente sencilla, y esto también repercutió en mis estudios, ya que cursaba y rendía muy pocas materias.
A fines de 2009, darme cuenta de mi realidad académica me puso contra las cuerdas: En 8 años de cursada había aprobado casi la mitad de los finales. A ese ritmo me quedaban otros 8 años más. Las alternativas estaban claras: "O dejo la carrera ya mismo, o me pongo las pilas y la termino". Elegí terminarla, y eso se refleja claramente en los ciclos lectivos 2010, 2011 y 2012, donde la rompí como un campeón :D
Como decía antes, ahora sólo me quedan trámites administrativos para que finalmente me entreguen el título, sin embargo ya estoy disfrutando el placer llegar a mi casa de día :D